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Helping people SMILE!

Nuestro programa anual Smile and See, en colaboración con Imvelo y la Fundación D3, y varios otros socios, fue otro éxito rotundo con más de 5.200 pacientes tratados, incluidos 1.877 pacientes dentales que recibieron casi 3.000 tratamientos (empastes, endodoncias o extracciones) y 334 niños que recibieron flúor.

El programa también celebró su paciente número 40.000 desde que comenzó en 2011: un niño llamado Lundi Sibanda que se rompió el diente delantero derecho varios meses antes; se le infectó y le causaba mucho dolor y dificultades para comer. Un experto en endodoncia eliminó primero la materia podrida y los nervios infectados del diente roto. A continuación, otro dentista construyó un nuevo diente para que Lundi pudiera volver a estar orgulloso de su sonrisa... ¡y vaya sonrisa!

Son muchas las historias inspiradoras que surgieron de Smile and See 2023, pero algunas realmente destacan. Lundi Sibanda, nuestro paciente número 40.000, es una de ellas. Se trata de algo más que una simple intervención. Es una vida joven salvada.

 

Safari Smile and See 2023 - Paciente 40.000

by Cuan Rush | Dec 11, 2023

Tras 13 años facilitando este evento, sabíamos que este año, nuestro cuarto centro, la Clínica Dhlamini, vería a nuestro paciente 40.000.  Alrededor de las 09:30 de esa mañana, lo conocimos. Lundi, un niño de 12 años de la aldea de Phondo, acompañado por su madre, entró en la tienda de diagnóstico atendida por Fabio, Ezio y Carlotta. Lundi tenía roto el diente delantero derecho, que se le había roto jugando a pelearse unos meses antes. Le dirigieron a la tienda de restauración y al departamento de empastes. La agonía de un diente frontal roto con un nervio expuesto durante varios meses es difícil de imaginar. También estaba claro que el niño estaba desnutrido y tenía grandes dificultades. Un curandero tradicional de su pueblo había intentado tratar el diente con hierbas, lo que desgraciadamente había agravado sus problemas con graves infecciones.

Arantxa, experta en endodoncias, intervino de inmediato, primero con anestesia, que alivió instantáneamente a Lundi por primera vez en meses. A continuación, retiró con gran esfuerzo la materia vegetal y los nervios infectados del diente roto. Finalmente, el muñón quedó limpio y sin nervio, y esta historia podría haber terminado ahí, con una niña sin dolor y una sonrisa con los dientes separados.

 

Restaurar una sonrisa y dar esperanza para el futuro

Arreglar los dientes de un niño va más allá de las mejoras estéticas; contribuye a su bienestar físico y emocional, a sus interacciones sociales y a su éxito a largo plazo. Les capacita para enfrentarse al mundo con confianza, sentando las bases de una vida positiva y plena.

 

En lugar de eso, Susana se encargó de la segunda y laboriosa tarea: construirle a Lundi un nuevo diente frontal. Devolver a Lundi una sonrisa plena de la que pudiera sentirse orgulloso.

Clínica itinerante África a última hora de la mañana, las temperaturas se dispararon y, a la hora y media de tratamiento, el joven Lundi se sintió vencido por el cansancio y se desmayó. Le tumbamos, le levantamos las piernas, le refrescamos, le aflojamos la ropa y le dimos un sorbo de Coca-Cola fría. Eso le reanimó lo suficiente para que Susana pudiera continuar su trabajo. Casi dos horas después de entrar por primera vez en la "Tienda de Restauración", Lundi se dirigió, con la sonrisa restablecida, a nuestros otros departamentos.

Su primera parada fue la farmacia para recibir antibióticos del Dr. Matemi y su equipo, y después almorzar en nuestro "restaurante", donde se preparan a diario enormes ollas de sadza y alubias (¡polenta fajole!) para los miles de personas que pasan por la clínica. Danisani lo colocó directamente al principio de la cola. Él y Reason, que estaba ayudando allí ese día, nos aseguraron más tarde que nuestro joven y hambriento Lundi había comido más que tres hombres adultos.

Esa tarde, Lundi, su madre, su hermano mayor y su hermana pasaron por la tienda de restauración para dar las gracias y despedirse antes de subir a bordo.

Otro milagro en Matabeleland del equipo de Smile and See. ¡¡¡Gracias!!!